Guardando la luna, en un baúl lleno de ilusiones olvidadas

después de un agitado día, había un juguete medio moribundo, medio cansado, algo melancólico. estaba resfriado, Dentro de una pieza, detrás del teatro, donde vivía el, en la noche, con una vela que iluminaba tenuemente su pequeño desorden, entre pañuelos, poemas y dibujos, tenia una luna de tela y algodón que poseía un rostro feliz y tierno... y quien se lo había regalado una persona especial:
-En un baúl te guardo, mi pequeña lunita- decía con los ojos rojos, lagrimeando -Perdona me, perdona me por quererla tanto, por sentirla en mi corazón- comenzaba a caer le una lágrima, que terminó cayendo sobre la luna de tela.
-Perdona me mi lunita, pero en mi baúl te guardo, junto con mis ilusiones olvidadas, mis ilusiones de este mundo tan cruel- susurraba, solo, sin siquiera un alma quien pudiera consolarle.
-Ojala mis penas se pasen pronto, pero no podre olvidarme de ella, mi linda luna, tengo que guardarte para que deje de pensar en ti- hablaba descontinuadamente, su garganta le dolía por la pena que le recorría desde sus ojos hasta su espíritu de felpa, decoraciones de tela y botones.

-PERO NO QUIERO OLVIDARTE!- y comenzó a llorar decontroladamente

-NO QUIERO! NO QUIERO NO QUIERO! TE AMO! POR FAVOR VIDA MÍA NO ME DEJES!!
abrazó fuertemente la luna, el regalo que le dio esa persona tan frágil, quien se alejó y se perdió entre la corrupción y la maldad de este mundo. Se arrodilló, tomó por ultima vez la luna y le dio un triste beso en su nariz, recordando como lo hizo con su querida meses atrás, y entre un suspiro y un agotamiento sentimental, luego de un cansado día teatral y recuerdos, dejo en su baúl la luna, ya sin esa cara tan feliz, sin esa sonrisa, ahora sin esa luz que le daba su importancia.

-ojala, mis penas pasen pronto y quisiera volver a estar contigo- repitió.

El juguete, húmedo por sus lágrimas, se acostó en su cama, en su pequeño cuarto oscuro. Apagó las velas, y durmió, durmió por siempre, nunca mas despertó. Un juguete vive de su fantasía, y su fantasía se fue, como su querida, lejos, lejos de la ilusión.

II

Al pasar los meses, la pieza estaba llena de polvo y destrozada por los ratones que se aprovecharon de que su huésped no podía espantarlas. El juguete estaba lleno de hilachas, de polvo y su piel estaba aspera por las lágrimas secas de mucho tiempo atrás, su rostro mostraba su pena demacrada. El juguete ya no servía, creían que se podría volver a usar, pero no fue así. Lo desecharon y cambiaron toda su pieza para poner a otra estrella teatral, quienes los niños amaban. Lo botaron a la calle, en un basurero. Ya no había mas desesperanza para este juguete muerto.
Cae una lluvia esa misma noche. El, en una bolsa con todas sus cosas, son llevadas por la turbulenta lluvia, lejos del teatro. Fue una noche alborotada, pero cesó la lluvia, y se abrió la bolsa, cayendo su cuerpo y su baúl.

Una mujer lo recogió y lo miro fijamente.

Reconoció de inmediata mente su forma y le dijo...

-Para mi siempre fuiste el mejor

miró hacia abajo, y vio esa luna mojada por el agua que había en la calle. La mujer lo recoje y emocionada dice:

-¿Mi juguetito? Eres tú!! el mismo!! no puedo creerlo, mi niño! aún tienes mi regalo! esta vez no te iras nunca mas lejos de mi.

Y así, el juguete cumple su sueño, pudo estar, al fin y al cabo... con ella, pareciera que la luz de su ilusión vuelve a nacer, simplemente pareciera...
Fin





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